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viernes, 29 de abril de 2011

ENIGMA: LE ROI EST MORT, VIVE LE ROI!

El tercero de los discos de Enigma es, al igual que el segundo, una continuación de un viaje. Pero aquí, llegamos más allá. En el tercer disco de Enigma, llegamos más allá de nuestro propio planeta, abandonamos la propia Tierra y viajamos a otros mundos, aunque manteniéndose fieles al estilo que Michel Cretú impone en los dos trabajos anteriores del proyecto. Y el propio título del disco nos avisa de lo que vamos a encontrar. Le Roi est Mort, Vive le Roi! , una frase asociada a la monarquía francesa y que deja claro el ciclo evolutivo del cambio y la permanencia.
            Avanzamos:

Le Roi est Mort, Vive le Roi!

            Escuchamos el sonido de una sonda que se aleja en el espacio, mientras los acordes que marcan la historia de Enigma y que sonaron en el primer y el segundo disco se dejan oír, mientras la voz grabada de la sonda sirve de fondo y de preludio a una voz femenina que nos habla del cambio y la permanencia. Las cosas están cambiando, y pero nada cambia, y aún así hay cambios. El Rey ha Muerto, Viva el Rey. Enigma cambia en sus planteamientos… pero sigue manteniendo sus principios.

Morphing Thru Time

            Y como las cosas cambian, y al cambiar vuelven a ser como eran al principio, Enigma recupera en este tema los cantos gregorianos que ya le habían servido de base en su primer disco, y que abren el camino a uno de los temas más densos musicalmente de la carrera de Enigma, en el que es el propio Michel Cretu quien, con su canción, desgrana aún más la temática del disco. Somos viajeros, pero no sólo nos movemos en el espacio, sino también en el tiempo, mientras cambiamos, evolucionamos hacia el futuro, hacia lo que nos espera, hacia nuestro destino. El uso de coros que aparecen y de desvanecen le da a este tema un aire casi épico, mientras que la letra y la voz de Cretu aportan la mística, generando así un todo equilibrado mientras nos conducen hacia el tercer tema.

The Third of Its Kind.

            Un tema muy breve, el Tercer tema del Tercer Disco. Y como si fuera algo mágico, casi numerológico, Enigma nos habla de la Trinidad. El Primero fue el Padre, el Segundo, la Madre. El Tercero, el niño. El hijo de ambos, de MCMXC y de Cross of Changes, sus dos primeros discos. Ya hemos visto las influencias del padre en los cantos gregorianos del tema anterior… los tonos exóticos de “la madre” nos esperan en el siguiente…

Beyond the Invisible.

            Uno de los temas fetiche de Enigma, sirvió de primer single a este disco. Además de ahondar en el pasado, en Beyond the Invisible vemos también un avance del futuro, ya que en su primera frase, la voz femenina de Enigma, Sandra, nos habla de cómo se contempla en un espejo, y de cómo quiere llegar más allá de él. El cuarto disco de Enigma, The Screen Behind the Mirror, profundiza en este aspecto, pero Beyond the Invisible aún tiene mucho que dar. Utilizando como fondo y estribillo un canto letón, Michel Cretu actúa de nuevo como la voz principal de una canción que habla de lo escondido, y de lo que podemos ver más allá de los que se esconde. Y como nos avisaban en el tema anterior, del padre y de la madre nace el hijo, así que aquí tenemos de vuelta el canto gregoriano, en uno de los fragmentos más hermosos y conseguidos de toda la discografía de Enigma. Un tema mágico, en el que descubrimos lo que hay más allá, ya no de lo visible, sino de lo invisible.

Why!

            Y llega el momento de la rebeldía, de que el niño muestre sus propias ideas, sus propias tendencias. Y lo hace a través de la voz de Cretú, que efectúa una de esas preguntas típicas que asociamos a la infancia y a la adolescencia. ¿Por qué? A través de un tema prácticamente pop. Sin embargo, como muchas veces ocurre, la pregunta de Cretú queda sin respuesta. ¿No hay nadie ahí fuera? ¿Nadie nos responde? ¿O es que quizá, en nuestro viaje a través del tiempo, es demasiado tarde para preguntar? Una de las canciones más desgarradoras de Enigma, una canción que nos engancha y nos hace convertirnos de nuevo en niños, recordar que estamos solos, y que nuestras dudas y preguntas se pierden muchas veces en el vacío.

Shadows in Silence.

            Tras el éxtasis paroxístico de Why!, este tema, prácticamente instrumental, nos trae el reposo. Las Sombras en el Silencio nos envuelven, nos dan la paz que Cretú nos quitó al hacernos conscientes de nuestra soledad en la inmensidad del Cosmos, del vacío que hay a nuestro alrededor. Las Sombras lo llenan, nos acarician, se acompasan a nosotros, nos permiten reposar y continuar el viaje, más allá. Las estrellas nos llaman, el tiempo sigue avanzando… y nosotros con él.

The Child in Us.

            El Niño dentro de Nosotros. El niño que nos acompaña en cada paso del viaje que estamos haciendo, es el protagonista de este tema, una nueva fusión de las raíces anteriores de Enigma, y de la rebelión interior que plantea el Hijo. Arrancamos con el exotismo de un canto en sánscrito que nos conduce al canto gregoriano, y de ahí, de nuevo a la voz de Cretú. La fusión completa entre los tres discos, las cosas cambian, pero se mantienen. El propio canto en latín nos habla de nacimiento, el canto en sánscrito de la felicidad que ha de llegar. Y Cretú habla del niño que ha de llegar, todo tiene un carácter casi profético. Pero ese, es el Niño que está ya dentro de nosotros, aunque no seamos conscientes de ello.

T.N.T for the Brain.

            Pero no es sólo un niño lo que hay en nuestro interior. No todo es paz, no todo es luz. Y Sandra se convierte en la tentadora de nuevo, en la voz que nos lleva al rincón oscuro, al peligro, en una de las canciones más sensuales de Enigma, en la que el otro, el ajeno, se convierte en dinamita para la mente. La pasión, la lujuria, forman parte de nosotros, como lo hace ese niño que nos acompaña en el viaje en el tiempo, hacia el futuro, y como él, han estado con nosotros desde el origen. Están en nuestras raíces, y quizá por eso, este es uno de los temas de Enigma que más eco parece encontrar en nuestro interior, a un nivel primario, casi inconsciente. Sabemos lo que es perder el control, sabemos lo que es que nuestras neuronas estallen ante un roce, ante un olor, ante una caricia. Todo deja de importar, la mente explota. Pero no hay que tener miedo, todo forma parte de un juego. Todos conocemos las reglas. ¿No?

Almost Full Moon.

            Y después de que nuestro cerebro haya prácticamente estallado, después de la explosión de sensualidad, después del clímax, llega el descenso, la calma. Y lo hacemos bajo una luna casi llena, con un sonido que evoca lugares místicos, mágicos, cuajados de estrellas, el inmenso bosque en el que resuenan los cantos primigenios de Beyond the Invisible, quizá. Es el momento de reposar, el momento de tomar aliento. El momento de que el Niño y la Pasión descansen, el momento de esperar. El momento de deleitarse en el propio momento.

The Roundabout.

            Volvemos a hablar del movimiento en este tiovivo simbólico, un círculo de eterno giro. Sonidos tribales, raciales, llegan desde un mundo primigenio mientras Cretú nos explica que la vida es una infinidad de vueltas, un carrusel en el que cada giro trae un nuevo cambio, una nueva fase, e incluso el último giro, la muerte, no es más que otro cambio… Eso sí, el cambio definitivo, el que nos enseña a vivir. Y mientras, la voz primigenia procedente del interior de nuestra memoria racial, no deja de cantar para nosotros, siendo nuestra brújula en el camino.

Prism of Life.

            Sandra vuelve a nosotros para traernos un nuevo giro de este carrusel que es el viaje que hemos iniciado. Los cantos tribales, la voz de Cretú y las voces gregorianas (Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo, Llenos están el Cielo y la Tierra de Tu Gloria) se mezclan de nuevo en diferentes giros para hablarnos de luz, de la Luz que nos mueve, que nos empuja y nos espera en cada uno de los giros de nuestro camino.

Odyssey of the Mind

            Y los luminosos ecos de Prism of Life aún se están extinguiendo en el horizonte cuando vuelve otro de los recursos de Enigma, las voces en reverso, y volvemos a escuchar, aunque esta vez al revés, las palabras que abrían el disco. Las cosas están cambiando, pero nada cambia. Y aún así, hay cambios. El Rey ha Muerto, Viva el Rey. La sonda espacial vuelve, se aleja, se desvanece… pero no desaparece, sólo nos prepara para lo que está por venir. Porque este disco, no es más que un nuevo giro del carrusel, y tras él, vendrá otro en el que continuaremos el viaje…

1 comentario:

Sebastian Castellar dijo...

Muchas gracias por tus acertados comentarios, por ilustrar de manera muy eficiente y didáctica la música que nos gusta.