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lunes, 16 de mayo de 2011

HACELDEMA, EL CAMPO DE LA SANGRE

            Estamos en 1493, y grandes cambios han sacudido repentinamente la sociedad de los Cainitas. La unión de los Brujah, Gangrel, Malkavian, Nosferatu, Toreador, Tremere y Ventrue dirigida por Hardestadt y conocida como “La Camarilla” había dado dos grandes golpes de efecto. El primero, aplastar prácticamente por completo la Revuelta Anarquista. El segundo, encontrar la fortaleza de los Assamitas ,el castillo escondido de Alamut, y ponerle cerco, lo que obligaba por primera vez en la historia a los Assamitas a negociar con otros Vástagos…
            En esta tesitura, Mihail Pahlevitch, Raquel bar-Seraph y Antoine Henri recibieron cartas de Lucita y Anatole, informándoles de la gran reunión de Cainitas que se iba a celebrar en la Abadía de la Sagrada Corona, en la lejana Inglaterra, en Southampton, entre Silchester y Thorns y en la que se decidiría el futuro de la estirpe de Caín. Además, Lucita les comunicaba en su carta los extraños desvaríos de Anatole, que les avisaba de que el Dragón se alzaba en las montañas del Este, y que debían guardarse del Campo de la Sangre. Mihail acudió junto a varios Tzimisce de la región, dirigidos por Symeon syn Draconov y Shaagra de Praga; Raquel lo haría formando parte de la delegación oficial de los Tremere; y Antoine encabezaría la delegación del Príncipe Vencel Rikard de Budapest.


Los tres se encontrarían en la Abadía de la Sagrada Corona, aunque en diferentes bandos. El Padre Samuel, Abad del Monasterio y Príncipe de Southampton les recibiría con cordialidad, y les pediría contención y frugalidad. En los siguientes días, en la Abadía tendrían lugar una serie de discursos y debates entre los representantes de los diferentes grupos asistentes, y finalmente, la idea era conseguir un pacto que permitiera a los Cainitas dar un nuevo paso adelante. Sin embargo, no tardarían en darse cuenta de que aquello era sobre todo un movimiento revanchista de la Camarilla contra los Anarquistas y los Assamitas, lo que ofendería especialmente a Mihail, que aún no se había decantado ni por Vástagos ni por Anarquistas.

En las noches sucesivas, asistirían a los discursos de Symeon syn Draconov a favor de la continuación de la Revuelta, o de Hardestadt, hablando de la dominación de la Camarilla sobre los Rebeldes. Vivirían en enfrentamiento entre los Tremere, dirigidos por la Justicar Dama Fanchon, y los Assamitas de Husayn al-Fatin, ya que la Usurpadora proponía "castrar" a los Assamitas con un ritual que les impidiera volver a beber sangre de Cainita. Aprovechando la confusión, la Brujah Anarquista Tyler trató de asesinar a Hardestadt, utilizando armas de fuego, y su huída fue interrumpida por Mihail, que la detuvo empalándola. Sin embargo, el ataque de Tyler sobre el Fundador había sido inútil, ya que Hardestadt se alzó sin apenas heridas y ejecutó a la Anarquista, provocando la ira de Mihail. Los Tremere conseguirían imponer su voluntad de realizar su maldición sobre los Assamitas, y los miembros del Círculo Interno, dirigidos por Etrius, comenzarían enseguida a trabajar en ello, aunque Raquel se vería apartada del círculo mágico al haber mostrado su desacuerdo en público con esta decisión.

Los propios personajes podrían participar, después de que el Malkavian Unmada expresase la necesidad de unión entre los clanes y el Justicar Rafael de Corazón esgrimiera la creación de la Mascarada. Raquel abogaría por la supresión de la Revuelta y la vuelta de los Rebeldes al seno de la Camarilla sin rencores; pero Antoine sería más radical, exigiendo vínculos de sangre para todos los levantiscos y la destrucción completa del clan Assamita. Mihail, por contra, atacaría el doble rasero de actuación de la Camarilla, y la prepotencia de Hardestadt y sus seguidores, poniéndose del lado de los Anarquistas.

El día siguiente, tras el discurso de la Matusalén Ravnos Durga Syn que defendía la no intervención en asuntos humanos, Mihail fue invitado por Symeon a un acto de rebeldía que tendría lugar la noche siguiente en Silchester, una Danza de Fuego, un golpe a la Camarilla ante sus propios ojos. Pero Mihail coincidiría en pensamiento con el Lasombra Gabriel Baruch: la locura sanguinolenta no era la solución al problema que les acuciaba. Y sin más, Mihail abandonaría el Concilio, la noche anterior a la lectura del Tratado de Thorns.

Este se leería la noche siguiente, estableciendo la victoria de la Camarilla sobre la Revuelta y los Assamitas, pero su firma se vería interrumpida por la llegada del arconte Federico di Padua, informando de que en Silchester, un grupo de Anarquistas Irredentos estaban llevando a cabo una masacre, rompiendo la Mascarada y destruyendo la ciudad, liderados por Symeon syn Draconov. Los arcontes, los Justicar y los propios personajes (Antoine y Raquel) se apresuraron a llegar Silchester, pero era ya demasiado tarde para hacer algo más que solucionar los problemas generador por los Anarquistas, y utilizar sus dotes de Dominación y Presencia para corregir la ruptura de la Mascarada; con Silchester convertida en el Campo de la Sangre...

La Revuelta Anarquista había acabado, sí... pero una guerra aún peor se iniciaba en el horizonte...

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