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viernes, 3 de junio de 2011

ENIGMA: SEVEN LIVES MANY FACES



Con Seven Lives Many Faces, el séptimo disco de Enigma, llegamos no a un final, sino a un alto en el camino, ya que es el último de los trabajos del proyecto liderado por Michel Cretú hasta el día de hoy. El Siete siempre ha sido un número mágico, lleno de mística, y así es el Séptimo de Enigma, un viaje en el que nos adentramos en rincones recónditos de la magia y el tiempo…

Encounters.

            El disco se abre con el silencio, y de pronto, comienzan los susurros, llegan desde lejos, insinuantes, como siempre que se trata de Enigma. Siete estrellas, siete días, siete mares, siete puertas, siete ángeles, siete cielos, siete pecados, siete vidas, siete torres, siete ojos, siete maravillas, siete vidas… Un corazón late, y vuelve, tan mágico como siempre, el sonido de Enigma, mientras los ecos de la voz se van perdiendo en la distancia del espacio, o quizá del tiempo. El preludio ha acabado, sabemos que estamos de nuevo en camino…

Seven Lives.

            Sonidos clásicos, casi sinfónicos, y sin embargo, rápidos como golpes se abren paso hasta nosotros, procedentes de algún sitio, y de pronto el cristal se rompe. ¿Venían quizá de más allá del espejo? La música cambia, se acerca al hip-hop, a tonos electrónicos, y hace su aparición la particular voz de Andru Donalds, que nos habla del Laberinto, de las Muchas Caras, del caos exterior, y de cómo debemos aferrarnos a nuestra voz interior para no perdernos en este peregrinaje. El tema nos recuerda a otros momentos anteriores de Enigma, también de la voz de Andru Donalds, el Enigma más moderno se Modern Crusaders, por ejemplo, y el hecho de que aparezca tan pronto en el disco, nos avisa de lo que se nos viene encima, un Enigma mucho más moderno y futurista, menos orientado hacia la introspección que, por ejemplo, A Posteriori. Los sonidos clásicos vuelven al final del tema, pero se distorsionan, tiempo y espacio no tienen sentido aquí…

Touchness

            De nuevo sonidos clásicos, hijos de los anteriores, acompañados por los acordes de una guitarra… una vieja conocida, Ruth Anne, hace su aparición para acompañarnos, para llamarnos. “Acaríciame y bésame, de arriba abajo”, mientras, samples recortados e invertidos de viejas canciones de Enigma hacen de fondo en el que apoyarnos, nos recuerdan tiempos pasados. Es la explosión de la sensualidad, del recuerdo de la piel bajo los dedos, de la calidez del otro…

The Same Parents.

            Y entonces, llega de nuevo la guitarra clásica, cargada sin embargo de cierto matiz oriental, que sin embargo nos transmite algo que nos es cercano. Quizá un atardecer en el Mediterráneo, quizá una costa de Ibiza… Y entonces, los gemelos Cretu, Sebastián y Nikita, nos preguntan. Desde la voz de la Inocencia, nos traen preguntas sobre guerras estúpidas, sobre luchas increíbles, sobre el sin sentido. Y Donalds nos trae la respuesta a esas preguntas, no hay respuesta. Todos tuvimos los mismos padres hace millones de años, ¿por qué no podemos vivir en libertad sin hambre ni guerras? Obviamente no tenemos respuestas. Las preguntas quedan en el aire.

Fata Morgana.

            Morgana, reina de las Hadas. Morgana, la hermanastra de Arturo. Morgana, la hechicera, la sacerdotisa, la bruja, la mujer de las muchas caras. Es el ejemplo perfecto de lo que Enigma quiere trasladarnos en este disco. “Take me now” dice la voz, que ahora es masculina, ahora femenina, envuelta en sonidos de guitarra eléctrica y música electrónica. Casi es posible ver a la dueña de la voz, esperando, llamando. ¿Es Morgana? ¿Estamos entre Hadas? Los ritmos, las voces… nos recuerdan de forma inesperada a Sadeness, al primer trabajo de Enigma. El tema es breve, un preludio…

Hell´s Heaven.

            Para el primer tema puramente instrumental de este disco. Sintetizadores, música electrónica que parece venir del pasado, y evoluciona hacia la distorsión, hacia el futuro. ¿Hacia el futuro? Los sonidos son sombríos. ¿Es el Infierno del Cielo lo que tenemos delante? Sonidos de trabajos anteriores de Enigma aparecen, distorsionados. La Oscuridad acecha, la Oscuridad se acerca…

La Puerta del Cielo.

            Pero entonces las Puertas del Cielo se abren, y llega la voz, la sabiduría. Para este tema, uno de los mejores sin duda de toda la historia de Enigma, Michel Cretú eligió la voz de una ibicenca, Margarita Roig, cuyo tono antiguo y desgarrado trae un sonido arraigado en la tierra, pero que parece llegar al cielo, iluminar el mar…Además, lo hace cantando en un dialecto propio de Ibiza, una concesión de Enigma a la isla en la que tienen su hogar y sus raíces. Es el sonido de la vuelta a las raíces, no sólo de Enigma, sino de nuestras vidas.

Distorted Love.

            Coros gregorianos que nos traen a la cabeza todo lo que hemos vivido antes con Enigma aparecen al principio de esta canción, un nuevo regreso a lo que vivimos hace ya tanto tiempo, al primer Enigma. Andru Donalds vuelve a aparecer, cargado de energía, mientras habla de un amor distorsionado, casi perverso, alcanzando cotas casi inimaginables de altura, dejándose llevar por el sonido de la guitarra eléctrica hasta que la voz de Donalds y la propia guitarra se convierten en un solo sonido.

Je t´aime till my dying day.

            Una declaración de amor en toda regla, “Te amaré hasta el día de mi muerte”. Una voz femenina nos declara su amor, y nos pregunta si la amamos también, mientras Andru Donalds comienza la canción con un fondo bajo, hasta cobrar protagonismo en esta balada contemporánea, con el sello clásico de Enigma.

Déjà Vu.

            Un nuevo tema instrumental, compuesto a base de lo que parecen ser samples de otros temas, de otros discos. Trazos de muchas caras que nos son familiares aparecen y desaparecen aquí y allá a lo largo de la canción, que transmite precisamente lo que su nombre indica, una sensación de “esto ya lo he vivido”, que no llega sin embargo a ser perturbadora, que nos aporta tranquilidad, sosiego. Estamos con Enigma, es un sitio que nos resulta familiar, acogedor…

Between Generations.

            Y para reforzar esa sensación, vuelve la envolvente voz de Margarita Roig, en una nueva canción en ese dialecto ibicenco que parece brotar de otra época, y la enlaza con lo que está por venir. Estamos en un puente entre generaciones, la voz de Margarita que nos presenta el pasado, el sonido de Enigma, nos trae el futuro. Cantos gregorianos aparecen aquí y allá, dándole un tono casi sacro a la canción. Es el canto de la tierra, el canto de lo que nos mantiene unidos, de esta tierra que ya nutrió a nuestros padres ancestrales, los padres de todos, y que nos seguirá nutriendo en nuestras siete vidas, en nuestras muchas caras.

The Language of the Sound.

            Un auténtico collage de sonidos y voces, como una labor de patchwork a base de sonidos procedentes de los temas de Seven Lives Many Faces, con las voces de Cretú, de Donalds… Es el mensaje final de Enigma, su mensaje definitivo, aunque no se expresa con palabras. Es el Lenguaje del Sonido, y nos envuelve, nos arropa como despedida… al menos de momento…

1 comentario:

Sebastian Castellar dijo...

Muchas gracias por tus acertados comentarios, por ilustrar de manera muy eficiente y didáctica la música que nos gusta.