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lunes, 16 de abril de 2012

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO: ALIADOS, ENEMIGOS (I)


                Tras lo ocurrido en Valyria, la Armada del Hierro y la flota Dorniense abandonaron la isla, tras perder a Victarion y dirigidos por Dagmer Barbarrota. En el viaje hacia Dorne, Fusk se reunió con Daenerys, planteando la situación en la que se encontraba, ya que la ayuda de los Hombres del Hierro a Daenerys venía supeditada a una independencia de estos, que dominarían las Islas del Hierro y el Dominio. Daenerys no estaba dispuesta a despedazar su reino, pero accedió a conceder a Asha Greyjoy el señorío de ambos lugares, siempre bajo su control final. Además, Fusk trató de conseguir prebendas para sí mismo (el dominio de Roca Casterly) y para Uther y Oweyn, a los que Daenerys accedió a perdonar por el asesinato de Renly Baratheon una vez que ocupara el Trono de Hierro. Fusk trató también de influir en la idea de Daenerys de casarse con Jorah Mormont, pero Daenerys se negó a escucharle hablar de esta cuestión. Tras la conversación, Fusk fue enviado por Daenerys a una misión privada…

                Pero el matrimonio de Daenerys con Jorah Mormont no preocupaba sólo a Fusk Aesirk. Quentyn Martell se reunió con Rhoynar para tratar precisamente este tema. Tras conversar educadamente con el antiguo maestre, el príncipe dorniense le dijo que la ayuda de Dorne a Daenerys quedaba sujeta a condiciones muy antiguas. Doran Martell y Aerys Targaryen habían pactado tiempo atrás los matrimonios de sus hijos. Elia de Dorne había contraído matrimonio con Rhaegar Targaryen, Arianne Martell debía haberse casado con Viserys Targaryen… y él había sido prometido a Daenerys. La presencia de Mormont era un inconveniente, y desde luego, muchos podrían ver como algo negativo también la existencia del pequeño Rhaego, al que Quentyn estaba dispuesto a aceptar en su corte (aunque no a hacerlo su heredero). Además, Quentyn informó a Rhoynar de algunas de las cosas que habían ocurrido en Poniente en su ausencia. Así, finalmente, Rhoynar supo de la caída del Muro y de la concentración de la Guardia de la Noche en Puertoescarcha, de la muerte de Roose Bolton y de como Robb Stark había recuperado Invernalia y había tomado Fuerte Terror, que había sido entregado a Rayra Bolton. Además, Sansa Baratheon ya había tenido a su hijo, el pequeño Rickard Baratheon, rey de Poniente, aunque Eddard Stark seguiría ocupando el cargo de Mano del Rey y Protector del Reino hasta la mayoría de edad del pequeño. Robb había desobedecido las órdenes de su padre de volver a atacar a los Frey y los Lannister en los Ríos, y había comenzado a fortificar el Norte, y de hecho, se rumoreaba que los Karstark, los Mormont, los Glover, los Umber y los Manderly habían coronado a Robb como Rey en el Norte.

                Rhoynar trató sutilmente el tema de sus planes en Poniente con Daenerys, pero esta parecía firmemente decidida a mantener a Mormont a su lado, aunque esta ya la había traicionado una vez, pues había espiado para Stark anteriormente. Sin embargo, Daenerys sí que sorprendió a Rhoynar y al resto de la flota al ordenar poner rumbo al norte cuando ya casi se divisaba Lanza del Sol. Pese a las quejas de Quentyn Martell, Daenerys estaba decidida. Los Targaryen habían llegado a Poniente desde Valyria a través de Rocadragón, y sería Rocadragón el primer lugar de Poniente donde Daenerys desembarcaría. Pese a  que esperaban encontrarse con una enconada resistencia, los Hombres del Hierro consiguieron tomar los puertos de Rocadragón en pocas horas, encontrándose después con que los hombres a los que se habían enfrentado tenían el blasón de Bastión de Tormentas, por lo que probablemente, eran hombres de Stark que estaban asediando la isla. El castellano de Rocadragón, Axell Florent, rindió el castillo a Daenerys y Rhoynar, que fueron clementes con sus habitantes, descubriendo además que Stannis se había llevado prácticamente a todos sus hombres y su corte a Puerto Gaviota, dejando prácticamente abandonada Rocadragón. Ser Axell Florent les contó a los recién llegados que habían sido avisados de su llegada algunos días antes por un visitante que prefería permanecer en el anonimato y que se reuniría con ellos en privado. Rhoynar temía que se tratara de Gwyddion, pero en realidad, el visitante no era otro que Varys, el Eunuco. Varys les explicó que representaba a una facción de Ponientis que permanecían fieles a los Targaryen, y querían ver a su representante legítima en el Trono de Hierro. Varys parecía extremadamente bien informado de todo lo relacionado con Daenerys y Rhoynar, pero en una reunión posterior con el antiguo maestre en las murallas de Rocadragón, afirmó que Jorah Mormont y Rhaego, pero sobre todo el primero, suponían un problema. Sin el matrimonio entre Daenerys y Quentyn Martell no tendrían al ejército de Dorne, y sin Dorne, no habría posibilidad de reconquistar Poniente. Varys debía volver a Desembarco del Rey, pero quedaba en manos de Rhoynar la posibilidad de que Jorah Mormont encontrase un fin anticipado que facilitara todo el camino que les quedaba por delante…

                Mientras, en Dorne, Oweyn y Erwyn acudían junto a Estrella Oscura a la reunión de los ejércitos dornienses en Sepulcro del Rey, el dominio de los Manwoody. Estrella Oscura les contó que tanto el nombre de la fortaleza como el escudo de los Manwoody (un cráneo blanco coronado de oro sobre fondo negro) venían de que el fundador de la casa había matado allí a un rey del Dominio, lo que auguraba próximas batallas entre el Dominio y Dorne. Cuando llegaron a Sepulcro del Rey, Erwyn y Oweyn abandonaron la compañía de los Dayne, a sabiendas de que tendrían que volver a reunirse con ellos, pues era Beric Dondarrion quien les lideraba, y se asentaron entre los hombres libres y caballeros errantes. Mientras Erwyn realizaba ciertas compras, Oweyn trataba (con nulo éxito) de conseguir miembros para la Guardia de la Noche. Entre los rumores del campamento, averiguaron que nadie sabía cuales eran los planes del Príncipe Doran Martell, pues este había enviado sus órdenes selladas a Lord Dagos Manwoody, que las abriría públicamente a la mañana siguiente. Además, había cierta incertidumbre por la ausencia en la convocatoria del Príncipe Quentyn, que debería haber representado a su padre, aunque el liderazgo de los ejércitos había recaído en su ausencia en Lord Anders Yronwood. La presencia de Beric Dondarrion en el campamento también provocaba cierta inquietud, pues muchos le creían muerto. Erwyn y Oweyn no averiguaron mucho más ese día, y se reunieron con Beric y los Dayne durante la cena. Al día siguiente, ambos norteños acudieron junto a Beric a las laderas de las Montañas Rojas, bajo el castillo de Sepulcro del Rey. Los estandartes de los Martell y los Manwoody ondeaban en la torre mayor, pero Oweyn y Erwyn pudieron ver otros estandartes, plegados, en los laterales de la torre. Cuando el sol salió, Lord Dagos y su hijo Mors, así como Lord Anders, y dos representantes elegidos al azar entre las grandes casas de Dorne (un Qorgyle y un Jordayne), aparecieron en uno de los balcones. Allí, finalmente Dagos Manwoody abrió las órdenes de Doran Martell…

                Y los dornienses supieron que estaban en guerra directamente con Eddard Stark, y lo hacían en nombre de los Targaryen, pues ese era el emblema que los hombres de Doran Martell desplegaron en la torre de Sepulcro del Rey, el dragón rojo de tres cabezas sobre fondo negro. Doran Martell reclamaba a los Tyrell, los Stark, los Arryn, los Baratheon y los Lannister el precio por la sangre de Elia Martell, de Aegon y Rhaenys Targaryen y de Arthur Dayne, y sus planes comenzaban por atacar Canto Nocturno, adentrándose así en la Tierra de las Tormentas, en un camino por tierra hacia Desembarco del Rey. Muchos fueron los sorprendidos, y Erwyn preguntó por la armada de Dorne y la posibilidad de atacar por mar a Eddard, pero nadie sabía donde estaba la armada de los Martell. Erwyn no estaba seguro de qué hacer, pues aquello no parecía su guerra, pero Beric Dondarrion les covenció. Él mismo había soñado con el alzamiento del Otro, y Thoros de Myr lo había visto en sus llamas. Los Siete Reinos debían unificarse pronto, o no quedaría nada.

                Así, Erwyn y Oweyn se unieron a las fuerzas de los Dayne, bajo el liderazgo de Estrella Oscura, y Oweyn se despojo de sus ropas negras, pues los Hermanos de la Guardia de la Noche tenían prohibido luchar en las guerras de los reyes. A pocos días de empezar la marcha, Oweyn fue enviado por Gerold Dayne a una misión de exploración, con tal acierto que el joven se encontró con que Eddard Stark había movilizado un ejército que se encontraría en breve con ellos, dirigido por Lord Selwyn Tarth y la Guardia Arco Iris, entre ellos, su propia hija, Brienne. Brienne descubrió a Oweyn, y varios hombres trataron de alcanzarle, pero este consiguió huir y avisar a los dornienses, que evitaron así la emboscada y consiguieron prepararse para la batalla. Erwyn y Oweyn, junto a las fuerzas de Dondarrion y los Dayne, tomaron las colinas que rodeaban lo que parecían ser unas antiguas ruinas y ocho túmulos, que Gerold Dayne identificó. Aquello eran los restos de la Torre de la Alegría, donde Rhaegar Targaryen había retenido a Lyanna Stark, y donde Eddard se había enfrentad a Arthur Dayne. Allí, los Dayne plantaron cara a parte del ejército de Eddard… pero cuando la batalla acababa de comenzar, las cosas giraron para mal, y los hombres del Dominio hicieron su aparición…

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