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lunes, 9 de abril de 2012

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO: ESTRELLAS FUGACES (II)


Tras recuperarse de las heridas sufridas en el azaroso encuentro con Beric Dondarrion y sus hombres, Oweyn y Erwyn partieron hacia el norte, siguiendo el Torrente en dirección a Altaermita, donde esperaban averiguar si Gerolt Dayne, al que llamaban Estrella Oscura, sabía algo que desconocieran sobre Ashara Dayne y Albor. En el camino, les sorprendió una fuerte tormenta de arena provocada por los vientos que llegaban del norte. Ambos se perdieron en las violentas ráfagas de arena, y tardaron varias horas en encontrar un refugio, lo que hizo que no llegaran a Altaermita hasta entrada la noche. Erwyn convenció a los hombres de la guardia del pequeño castillo de que abrieran las puertas, aceptando Estrella Oscura reunirse con ellos a pesar de lo tardío de la hora. Estrella Oscura les esperaba en una sala poco iluminada, un Dayne de curioso aspecto, con los ojos púrpuras y el cabello blanco salvo por un mechón completamente negro. Les pidió brevedad, pues estaba preparando a sus hombres para marchar hacia Sepulcro del Rey, donde el Príncipe Doran Martell estaba reuniendo a sus hombres. De inmediato, comenzaron a interrogar a Estrella Oscura sobre Ashara y Albor, pero Estrella Oscura no parecía estar nada satisfecho con las preguntas. Su familia llevaba demasiado tiempo escuchando preguntas sobre Ashara Dayne y la desaparecida espada de Arthur Dayne. Ashara estaba muerta, y Albor había desaparecido con ella. Tras aceptar las negativas de Estrella Oscura, y aceptando ya que no conseguirían nada allí, Oweyn y Erwyn comenzaron a planear su viaje hacia Sepulcro del Rey, una de las cocineras falseó un choque con Oweyn tras una breve cena, diciéndole que si querían saber algo sobre Ashara Dayne acudieran a medianoche a las caballerizas.

                Temiendo una posible emboscada, pero llevados por la curiosidad, Erwyn y Oweyn acudieron a las caballerizas a medianoche, donde la anciana les dijo que había soñado con ellos mucho tiempo atrás, incluso antes de que Lady Ashara se quitara la vida. Estrella Oscura no les había contado toda la verdad, Ashara Dayne había acudido a Altaermita en el mismo día en que había saltado de la Torre de la Espada de Campoestrella, y había dejado algo bajo la custodia de Estrella Oscura. Sin embargo, la mujer no pudo seguir explicando nada, y hubiera muerto atravesada por una flecha si Erwyn no hubiera conseguido apartarla del camino letal de esta. Estrella Oscura estaba allí, con tres de sus hombres, y dejó claro que Erwyn y Oweyn sabían demasiado, por lo que debían morir allí. Estrella Oscura y sus hombres se enfrentaron a los norteños, y aunque Oweyn resultó herido, Erwyn consiguió acabar con la vida de uno de los caballeros y herir a Estrella Oscura. La lucha fue interrumpida por la repentina llegada de una mujer, que les ordenó que se detuvieran. Se trataba, ni más ni menos, que de Lady Ashara Dayne.

                Ashara se reunió con los norteños y Estrella Oscura, que se mostraba adusto y poco cooperativo. Les contó que había fingido su suicidio en connivencia con Estrella Oscura, que la había ocultado desde aquel aciago día para la casa Dayne, y lo había hecho todo para proteger Albor. Según Ashara, Eddard Stark había acudido a Campoestrella llevando con él al hijo de su hermana Lyanna y Rhaegar Targaryen, y a Albor, la cual había arrancado de las manos de su hermano Arthur, muerto por mano del propio Ned. Eddard pretendía quedarse con Albor, pero Ashara se sintió furiosa al saber que el hombre al que había amado había matado a su hermano y además se había casado con Catelyn Tully. Aprovechando un descuido de Eddard, ella tomó Albor, y aunque sabía que él podría habérsela arrebatado, parecía que Ned aún era lo suficientemente caballero como para no arrancársela por la fuerza. Eddard había abandonado Campoestrella llevándose consigo al hijo de su hermana, al que había reconocido como su propio bastardo… y en el momento en que Ned salió de Campoestrella, Albor le habló a Ashara. La Oscuridad iba a volver, lo haría en las manos del propio Eddard, y la espada debía esperar al Portador de la Luz. Por ello, Ashara escondió a Albor en Altaermita, y fingió su muerte, para que todo el mundo pensara que la espada de Arthur Dayne había desaparecido en el mar. Lady Ashara les mostró el relicario, escondido en las profundidades de Altaermita, en el que ella y Estrella Oscura habían escondido durante largos años a Albor, y Oweyn y Erwyn pudieron ver la espada, cuya hoja parecía resplandecer, blanca como la leche. Sabiendo ya dónde estaba el arma, Oweyn y Erwyn decidieron partir hacia Sepulcro del Rey junto a Estrella Oscura. Aún debían encontrar a la persona que la empuñaría.

                Mientras todo esto ocurría en Dorne, en Meereen Rhoynar y Fusk se refugiaban en la cima de Gran Pirámide de la multitud que se había alzado tras el ajusticiamiento de la Gracia Verde aliada con los Hijos de la Arpía. Los hombres de Daenerys luchaban por devolver la ciudad a su mando, pero la locura de Gwyddion parecía haberse expandido con celeridad, y el fuego comenzaba a devorar algunas zonas de la ciudad. Jorah Mormont apareció en la cima de la pirámide, herido, y tras él, varios sirvientes llevaban a Rakharo, uno de los Jinetes de Sangre de Daenerys, mortalmente herido por los cascos de una docena de caballos. Rhoynar intentó sanarlo, pero las heridas del dothraki, además de las propias limitaciones del dorniense, que aún se estaba recuperando de su intento de envenenamiento por parte de los Hijos de la Arpía, hicieron que fuera inútil, muriendo Rakharo poco después. Daenerys se mostraba confusa, y Rhoynar, y sobre todo Fusk, convencieron a Daenerys de que era el momento de abandonar y Meereen y dirigirse a Poniente, llevándose con ella a sus fieles, que tendrían cabida en los barcos que los Hombres del Hierro habían tomado de los volantene. Mientras Victarion partía para preparar un corredor que permitiera a los hombres de Daenerys llegar al puerto, Daenerys y Jorah descendían a las profundidades de la Gran Pirámide para liberar a los dragones.

                Sin embargo, las puertas de la Gran Pirámide no resistieron los embates de los atacantes, y Rhoynar, Fusk, Missandei (llevando a Rhaego) y algunos de los Inmaculados, tuvieron que huir de los asaltantes, refugiándose en el interior de la Pirámide, para encontrarse pronto atrapados en una terraza. Fusk consiguió acabar con uno de los asaltantes, pero llegaban más cuando Rhaegon hizo su aparición en la terraza, abrasando a los atacantes con su aliento de fuego. Daenerys apareció, subida en Drogon, y descendió del dragón para tomar a Rhaego. Montada en el dragón negro, Daenerys voló hacia el puerto junto a su hijo, mientras que Vyserion, el blanco, permitía que Rhoynar, Fusk y Missandei lo montaran, iniciando un viaje de vértigo hacia el puerto de Meereen.

                Victarion había conseguido establecer allí un perímetro de seguridad, que fue reforzado por la llegada de los dragones, lo que permitió que los seguidores de Daenerys se embarcaran, alejándose de la costa Ghiscari. Atónitos, Fusk y Rhoynar tuvieron la impresión de que el humo de los incendios formaba sobre la ciudad la siniestra silueta de la Arpía, pero el viento pronto la dispersó. Mientras que Fusk, Victarion, Jorah y Barristan Selmy insistían en dirigirse directamente a Poniente (aunque no se ponían de acuerdo en el destino), Rhoynar defendía que primero debían dirigirse a Valyria, para recoger todo aquel fuego valyrio que él había descubierto en la isla antes de ser capturado por los piratas volantenes. A Daenerys le pareció apropiado comenzar la conquista de Poniente desde el lugar donde sus antepasados habían formado parte del Feudo Franco de Valyria, así que la Flota del Hierro se dirigió hacia la Vieja Valyria. La isla estaba bajo una gran tormenta cuando llegaron, y mientras Victarion, Selmy y Fusk se encargaban de distribuir a los hombres, Rhoynar llevó a Daenerys y Jorah al lugar donde se encontraba el fuego valyrio. Mientras la reina estaba ausente, Fusk escuchó un grito procedente del exterior. Llevado por la curiosidad, salió a la tormenta, y encontró tras unos minutos el cuerpo muerto de Neezak no-Hanor, el líder de los Hombres-Bestia fieles a Daenerys. Le habían marcado con la Arpía en el pecho, y Fusk encontró un dardo en su cuello.

                A la llegada de Daenerys, encontraron un gran revuelo organizado por la muerte de Neezak y la presencia entre los presentes de los Hijos de la Arpía. Además, Fusk y Rhoynar no olvidaban que Eddard Stark había enviado a un Hombre Sin Rostro a acabar con la vida de Daenerys. Rhoynar descubrió lágrimas de Lys en el dardo, el mismo veneno con el que habían intentado matarle en Meereen, y por orden de Daenerys, todos los presentes fueron interrogados, pero fue inútil. No había indicios de que ninguno de los presentes pudiera servir a los Hijos de la Arpía.

                En esos días, la tormenta pasó, y los líderes del ejército de Daenerys comenzaron a discutir cual sería el camino a seguir una vez abandonada Valyria. Fusk quería dirigir el ejército a Dorne, Victarion a las Islas del Hierro, Selmy a Bastión de Tormentas y Mormont al Norte. Victarion exigió hablar en solitario con la reina, pero recordando al hombre sin rostro, Rhoynar se opuso. Fusk respondió por Victarion, aunque este permitió que Fusk, como su familiar (debido a su “matrimonio de sal” con su sobrina Asha) y Rhoynar, como hermano de la reina, se quedaran. Cuando todos salieron, Victarion cerró la puerta y musitó “valar morghulis”. Rhoynar se interpuso en el camino del asesino que había tomado el rostro de Victarion Greyjoy, evitando que este alcanzara a Daenerys, mientras Fusk se apresuraba a abrir las puertas de la sala. Rhoynar y Fusk consiguieron sacar a Daenerys de la sala, mientras Jorah Mormont y Barristan Selmy se enfrentaban al asesino, al cual terminó matando el esposo de Daenerys, revelando el verdadero rostro del asesino, un hombre de ojos azules con el cabello blanco y rojo. Rhoynar examinó el cuerpo del fallecido, cuya armadura guardó Fusk para llevarla a Pyke en recuerdo del que había sido el Gran Capitán de la Flota del Hierro, y encontró una moneda de hierro que se apresuró a guardarse.

                La muerte del asesino enviado por Eddard Stark coincidió prácticamente con noticias de la llegada de un barco con bandera dorniense a Valyria. Fusk se puso al frente de una comitiva de Hombres del Hierro e Inmaculados para recibir a los dornienses, mientras Rhoynar tenía un enfrentamiento con su hermana, ya que esta arriesgaba demasiado su propia seguridad. Finalmente, Rhoynar se reunió con Fusk, y se presentaron ante los recién llegados, un grupo de dornienses al mando de un joven que se presentó como el Príncipe Quentyn Martell, hijo de Doran Martell, señor de Dorne. Los dornienses se dirigían hacia Meereen para llevar un mensaje del Príncipe Doran Martell a la reina Daenerys, por lo cual fue una sorpresa para ellos saber que Daenerys estaba en Valyria. Fusk y Rhoynar auspiciaron el encuentro entre Quentyn y Daenerys, y finalmente, el príncipe dorniense le entregó a Rhoynar la carta que traía para Daenerys. En ella, Lord Doran Martell le decía a la reina de dragones que acudiera a Dorne, que allí había un ejército para ella. Aquello parecía poner fin a las dudas sobre donde debían dirigirse.

                Dorne era ahora su objetivo.

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