No es la crónica de un mundo... es la historia de muchos.

jueves, 8 de noviembre de 2012

EL INVIERNO DEL MUNDO


                Que Ken Follett es uno de los grandes escritores de nuestros días no creo que lo dude nadie. O quizá en vez de “gran escritor” debería decir “superventas”, que al fin y al cabo, lo de ser bueno o malo en literatura, más allá de una cuestión “objetiva” es cuestión de gustos. Y que el tío los tiene cuadrados para lanzarse a escribir una trilogía que sirva como novelización de todo el Siglo XX, tampoco creo que nadie lo dude.



                Ken Follett ha tenido una trayectoria larga en el mundo de la literatura, y es uno de esos nombres que podemos relacionar con la novela histórica o de misterio, siempre en el entorno de los llamados “best-sellers”, que no dejan de ser libros de lectura más o menos ligera y dirigidos a obtener el mayor número de ventas posibles. El Tercer Gemelo, La Clave está en Rebeca o Capricornio Uno  han sido algunas de sus obras, con mayor o menor éxito, hasta que alcanzó la auténtica fama con Los Pilares de la Tierra. Creo que no debe quedar nadie que no sepa de qué va Los Pilares de la Tierra, que probablemente compartirá con las novelas de Noah Gordon el dudoso honor de ser el libro favorito de todos aquellos que no es que no tengan un libro favorito, es que probablemente sea el único que han leído o del que han oído hablar… y oye, algo hay que poner en Facebook.
                En fin, tras el éxito de Los Pilares de la Tierra y su continuación, Un Mundo Sin Fin, Follett se decidió a lanzarse a su actual y monumental trabajo: la trilogía The Century (en España la han dejado tal cual en lugar de traducirla como “El Siglo”), en la que el autor ha anunciado que novelizará todo el Siglo XX. Así, sin tiritas. Evidentemente, no es la primera vez que un escritor ambienta su obra en un lugar y con una continuidad temporal, como es el caso de Los Reyes Malditos de Maurice Druon, siete novelas de obligada lectura ambientadas en el siglo XIV francés, entre la caída de los Templarios y el comienzo de la Guerra de los Cien Años. Pero creo que nadie había acometido una misión como la que se ha impuesto Follett a sí mismo. Y es que narrar todo el Siglo XX… es todo un reto. Lo podemos enfocar como queramos: el Siglo XX ha sido el siglo más intenso de la historia de la humanidad o es que tenemos más documentación y por eso nos parece que han pasado más cosas. Al final, para un novelista, el resultado es el mismo: un desafío de órdago. Cambios políticos, guerras mundiales, nacimientos ideológicos, avances científicos… El 31 de Diciembre del Año 2000, el mundo era muy diferente al 1 de Enero de 1901, tan diferente como si en lugar de cien años hubieran pasado mil. Y ese reto es el que Follett afronta.
                El Invierno del Mundo es la segunda novela de las tres que formarán The Century, continuación más o menos directa de La Caída de los Gigantes, en la que Follett, para arrancar su historia, se centró en los antecedentes y el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, y en todo lo que ocurría alrededor de esta en aquellos tiempos (movimientos sociales, sufragismo…). Y en El Invierno del Mundo, donde Follett, tras un salto generacional, arranca en 1933 para continuar contándonos la Guerra Civil Española, la II Guerra Mundial y sus consecuencias, utilizando para ello la misma técnica narrativa que ya había seguido en la primera novela: asistimos a los acontecimientos que se desarrollan en todo el mundo a través de los miembros de cinco familias que se van interrelacionando entre sí y que se convierten en testigos de todo lo que ocurre. Evidentemente, esto permite a Follett darnos una amplia perspectiva a nivel internacional de los eventos que cuenta (poniendo a uno de sus protagonistas en cada uno de los países implicados, por ejemplo), aunque sin llegar a los límites de esa gran crónica novelada que fueron los Episodios Nacionales de Pérez Galdós, en los que las casualidades que se daban para que los protagonistas estuvieran presentes en todos y cada uno de los acontecimientos históricos que Galdós quería contar rozaban lo paranormal, sí que en muchas ocasiones resulta algo forzado.
                En El Invierno del Mundo, como he dicho antes, hay un salto generacional, y aunque los protagonistas de La Caída de los Gigantes aún siguen ahí, son sus hijo quienes pasan al primer plano en esta novela. Maud Fitzherbert, Walter von Ulrich o Ethel Williams, que ya formaban parte del elenco de la primera parte de The Century comparten papel con Lloyd Williams, Boy Fitzherbert o Daisy Peshkov; mientras los escenarios cambian y nos llevan de la finca tradicional de los Fitzherbert en Gales, Ty Gwyn, a la batalla de Belchite o la Alemania en la que el partido Nazi está ascendiendo a toda velocidad. Ellos serán los que vivan el que probablemente haya sido El Invierno del Mundo, su época más oscura, la II Guerra Mundial y los primeros años de la Guerra Fría, y el momento en el que probablemente la historia del mundo se detuvo para contemplar el horror: la herencia de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.
                Como veis, la novela suena bastante interesante, y lo cierto es que lo bueno de Ken Follett es que es un autor de lectura ágil. A pesar del tamaño de los volúmenes que escribe, que en algunos momentos tiran bastante para atrás, una vez iniciada la lectura, Follett sabe enganchar al lector, siendo capaz de mezclar varias tramas para tenernos continuamente enganchados y esperando a ver qué ocurre con unos personajes y otros.
                En fin, un libro obligatorio para aquellos que se consideran aficionados a la historia, y especialmente aconsejable para aquellos que se deciden por nuestro pasado más cercano, tan cercano que muchas cosas parece que ocurrieron ayer… y al fin y al cabo, son las cosas que han hecho que nuestro hoy sea como es. 

Si alguno se anima (y espero que os animéis muchos), y os apetece leerlo, os dejo el enlace de una página donde podéis encontrarlo sin ningún problema, y desde la que con completa seguridad y comodidad os lo mandarán a casa. Sí, es publicidad... ¡pero de la buena, de la que hay que aprovechar! Así que, pinchad y echad un ojo a El Invierno del Mundo.

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