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lunes, 10 de diciembre de 2012

SOBRENATURAL


Hace ya unos meses (creo que muchos, no recuerdo la fecha exacta), cuando terminé de ver Smallville, me lancé a ver una serie de las que me habían recomendado aquí y allá, con el típico “esto te va a gustar”. Se trataba de Sobrenatural, serie que tenía un corte bastante parecido al de Smallville (os recuerdo que la serie sobre Superman me encantó), protagonizada por Jensen Ackles (que también había salido en Smallville) y Jared Padalecki. Este fin de semana pasado acabé de ver la séptima temporada, y en espera de que traduzcan la octava, os voy contando, y así abrimos un poco el marco más allá de los cómics.

Los hermanos Winchester, preparados para dar guerra.


                Al igual que Smallville, con la que tiene muchas similitudes, Sobrenatural comenzó siendo una de esas series de metatrama difusa y capítulos independientes, sin relación los unos con los otros más allá de que los hermanos Winchester, Sam y Dean, se dedican a recorrer Estados Unidos de punta a punta, cazando y destruyendo a diversos monstruos de carácter sobrenatural, como el título de la serie indica. Fantasmas, demonios, vampiros (de los que no brillan), hombres lobo, duendes malvados, poltergeist, brujas… Toda criatura que haya pasado alguna vez por novela o libro de terror, encontraba su lugar en el amplio universo de los Winchester. Estos capítulos independientes realmente no pasaban de ser entretenidos (muy entretenidos, eso sí), con situaciones graciosas, alguna más tensa, y profundizando un poco en la relación entre los dos hermanos y su entorno, presentándonos a otros cazadores de monstruos, relacionados con ellos o con su padre, que también se dedicaba a esta misma tarea (desde que su madre fuera asesinada de forma muy extraña ante la cuna de Sam).
                La cosa cambia, pero mucho, a partir de la cuarta temporada (me parece recordar), donde la serie vivió un proceso paralelo, de nuevo, al de Smallville. Y es que llegado ese momento, Sobrenatural abandonó el formato de episodios individuales para apostar por una metatrama más compleja e interrelacionada, con unos cliffhanger de final de temporada de los que dejaban sin aliento y deseando empezar la siguiente. A los protagonistas se sumaron algunos secundarios más o menos fijos, como Jim Beaver (en el papel de otro cazador, Bobby Singer, nombre tomado de uno de los productores de la serie) o Misha Collins (Castiel, el ángel aliado de los Winchester cuando las cosas se ponen celestiales), y tanto Jared Padalecki como, sobre todo, Jensen Ackles, fueron ganando en soltura y “mimetización” con sus papeles. Además el éxito de la serie debió dar confianza a los guionistas, que se arriesgaron con capítulos realmente extraordinarios y con un gran sentido del humor, como uno en el que los dos hermanos se ven atrapados por un genio en el mundo de la televisión y van pasando de serie en serie, otro en el que Dean viaja al pasado y se encuentra con Elliot Ness, e incluso uno en el que viajan al mundo real donde Sobrenatural es sólo una serie, capítulo especialmente irónico y con un gran sentido del humor.
                En resumen, de una serie más o menos pasable, Sobrenatural se ha convertido en una gran historia que suma muchos puntos según avanza, y de la que espero la octava (y creo que última) temporada con auténtica impaciencia. ¡Ya os contaré!

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