Hace cosa de un mes o
así, por sorpresa, estando con Marco en el Corte Inglés, nos encontramos con
que se anunciaba una nueva novela de Dan Brown, Inferno. Como fiel seguidor del escritor norteamericano, tomé nota
mental, y el libro llegó a mis manos el día de mi cumpleaños, precisamente como
regalo de Marco. Y ya está leído.
Inferno, cuarto libro de Dan Brown protagonizado por su personaje
fetiche, el profesor Robert Langdon, que le condujera a la fama con El Código DaVinci y que ha
protagonizado también la genial Ángeles y
Demonios y El Símbolo Perdido; vuelve a ahondar en el género que Brown hizo
popular, el del misterio cultural (por llamarlo de alguna manera) que tuvo su
punto de partida precisamente en El
Código DaVinci y que nos ha traído toda una panoplia de
seguidores/imitadores con todo tipo de legados, códigos, misterios de la
Iglesia y de todas las religiones, en un estilo en el que sin embargo, el
creador no tiene parangón. En la primera de las novelas protagonizadas por
Langdon, Brown nos hablaba de los misterios de Roma y la Iglesia, y los
Illuminati. En El Código DaVinci nos
movíamos en París, Londres y Rosslyn, buscando los significados ocultos tras las
pinturas de DaVinci. En El Símbolo
Perdido recorríamos Washington y toda su simbología masónica.
Y ahora, en Inferno, Brown recurre a Florencia y su
más célere personaje histórico, el mismísimo Dante. De hecho, el título de la
novela es el del primer libro de la más célebre obra del poeta Dante Alighieri,
La Divina Comedia: Inferno,
Purgatorio y Paradiso. En el Infierno de Dante, el poeta era conducido por la
sombra (el fantasma) de Virgilio a las entrañas del infierno, donde se
encontraban los pecadores, en una imagen que se ha convertido en icónica del
infierno de nueve círculos con Satán en el centro, y las famosas puertas con la
frase “Abandonad toda esperanza…”, y la iconografía que Botticelli representó
de forma espectacular en su Mappa
dell´Inferno, y que ha inspirado todo tipo de novelas, pinturas,
composiciones musicales…
La estructura de Inferno es semejante, por no decir
idéntica, a la de las anteriores obras de Brown. Langdon se encuentra de pronto
metido en medio de una situación de riesgo (en este caso con la complicación de
que aparece en Florencia con una fuerte amnesia), encuentra una atractiva
fémina que le acompaña, y empieza a correr para acá y para allá, resolviendo
enigmas y acertijos de clave histórica, mientras, en este caso, tratan de
salvar el mundo de la amenaza de una pandemia global creada por un loco genetista
obsesionado con las teorías maltusianas y el Infierno de Dante. Así, seguimos a
Langdon a través de los lugares más representativos de Florencia y otras dos
ciudades que no voy a comentar por no hacer spoiler, siguiendo los pasos de
Dante, su inspiración para la Divina Comedia y tratando de evitar un desastre
que suena sorprendentemente real para una novela de este calibre, y es que el
fantasma de la extinción demográfica del ser humano parece demasiado acuciante
como para no ser amenazante.
Obviamente, Inferno no será a nivel técnico el libro
del Siglo XXI… pero es condenadamente entretenido, y adictivo como los
anteriores, me ha encantado y me lo he pasado en grande leyéndolo, y con la
emoción de “un capítulo más” propia de Brown.
¡Gran regalo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario