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lunes, 24 de junio de 2013

NOCHES DE ROMA: ACCUSATIO (IV)

  Con Quereas, Pértinax y Ashai explorando Sub-Roma en busca de Bruto y el Oro de Tolosa, y habiendo decidido que ya no tenían demasiado que ganar encerrándose de nuevo en la biblioteca del Senado, Tíbulo y Gálico se reunieron con intención de hacer averiguaciones sobre la influencia de la talKemintiri sobre Roma. Aunque sólo habían escuchado hablar de ella por rumores, Tíbulo y Gálico estaban convencidos de que parte de lo que estaba ocurriendo en Roma era responsabilidad de la Setita, así que decidieron buscar información sobre ella por su cuenta. Por ello, Tíbulo y Gálico se dirigieron hacia las afueras, donde se encontraba el Templo de Isis, un pequeño edificio que se había convertido en el centro de la influencia del culto de Isis en Roma. Tíbulo y Gálico exploraron el Templo, encontrándose con Árbaces, uno de los sacerdotes humanos del culto, que les explicó que la Suma Sacerdotisa Nefer-Meri-Isis no estaba allí, pero a cambio de un donativo para las arcas del templo, les indicó donde podrían encontrarla, pues tal vez ella supiera algo de Kemintiri a la que buscaban los personajes. Árbaces les envió a la villa de Ashai, donde podrían encontrar a Nefer-Meri-Isis, y hacia allí se dirigieron, para encontrarse con que alguien había acudido antes que ellos a la villa. Los hombres de Ashai habían sido asesinados, y encontraron a una de sus criadas favoritas, una pelirroja que Nefer-Meri-Isis le había regalado, brutalmente asesinada y despellejada en las termas de la casa.

Una dama romana, ¿quizá la Príncipe Camila?

                Mientras esto ocurría en la superficie, bajo Roma, Pértinax, Ashai y Quéreas se enfrentaban a las criaturas creadas por la sangre vampírica de Bruto, además de hacer frente a varias trampas dispuestas por los Sub-Romanos para evitar el acceso de extraños al cubículo de Bruto. Tras explorar varios pasillos y estancias, y superar a duras penas trampas con vasijas de ácido o hilos que disparaban flechas envenenadas, o hacer frente a grandes perros ghoul, consiguieron llegar al lugar donde Bruto se escondía, una atestada caverna llena de los tesoros del Oro de Tolosa, y que sostenía en sus brazos, atemorizado, el objeto de la búsqueda de los personajes: El Libro del Laberinto, escrito en un ininteligible minoico. Ese fue el momento en el que se reveló que lo personajes habían sido seguidos por un vampiro ofuscado, un Seguidor de Set que intentó atacar a los personajes pero que fue retenido por Quéreas, lo que le llevó a liberar la verdadera trampa que escondía: una momia, como la que había atacado a los personajes en el refugio de Astiánax, o como la que había acabado con la vida del Censor Toreador. Y en ese mismo momento, Gálico y Tíbulo fueron atacados por una criatura semejante, otra momia, apabullantes torbellinos de vendas, calor e insectos carnívoros. Tíbulo cayó en el enfrentamiento, aunque Gálico consiguió acabar con la momia que había bajo la casa de Ashai, utilizando sus garras para ello; mientras Pértinax y Quéreas hacían uso del fuego y los colmillos para destruir a la que se oponía a ellos. Al desaparecer las momias dejaron simples montones de polvo y unos brillantes escarabeos de lapislázuli.

La magia de los escarabeos anima a las Momias de Kemintiri...

                Pértinax convenció a Bruto de que les cediera el libro, que custodió Ashai, y salieron de Sub-Roma para dirigirse a la villa del egipcio, donde se encontraron con Tíbulo y Gálico. Pasaron el día allí, para prevenir nuevos ataques, y luego se dirigieron juntos al Senado, donde tendrían que enfrentarse a su juicio: y allí Escauro reveló un nuevo movimiento que dejó sorprendidos a todos los miembros del Senado: la revelación de una nueva Senadora, que ocuparía el lugar de la fenecida Fabia Naevia; y que no era otra que Nefer-Meri-Isis, la ghoul setita que tanto tiempo llevaba esperando el Abrazo y a la que Ashai se había negado a Abrazar. Escauro lo había hecho, y ahora, Nefer-Meri-Isis ocupaba un lugar en el Senado Eterno…

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