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jueves, 4 de diciembre de 2014

FROZEN: EL REINO DE HIELO

El final de la tercera temporada de Erase una Vez trajo una sorpresa, la llegada a Storybrook de un personaje femenino vestido de azul que parecía emanar frío, e incluso hielo. La verdad es que pegué un bote en el sillón, porque La Reina de las Nieves es uno de mis cuentos favoritos... bueno, no. El favorito, tal cual. Así que me pudo la curiosidad, y vi que en Internet de lo que hablaban era de que "Elsa" aparecería en Erase una Vez. Y yo me quede con cara de "¿y quien es Elsa?", entre otras cosas, porque la Reina de las Nieves del cuento no tiene nombre. Así que una nueva búsqueda y vi que la tal Elsa era la protagonista de Frozen: El Reino de Hielo, lo que me recordó que tenía la película sin ver.



Así que una cosa llevó a la otra, y...

Hoy os traigo el post de Frozen, y si La Reina de las Nieves es mi cuento favorito, confieso que Frozen se ha convertido en una de mis películas Disney preferidas. Aunque no tengan nada que ver la una con la otra, y lo de "inspirado en", sea algo un tanto... en fin, que se parecen en que hace frío y poco más. En el cuento "La Reina de las Nieves" nos encontramos a dos niños, Kay y Gerda, que caen bajo las manipulaciones de la malvada Reina de las Nieves. Todo comienza cuando los demonios están transportando un espejo maligno que solo refleja lo malvado, y se les rompe, de modo que los cristales del espejo caen junto a la nieve, y uno de ellos se hunde en el ojo de Kay, y desde allí, alcanza su corazón. Kay se marcha junto a la Reina de las Nieves, y Gerda, su amiga, va a buscarle ,viviendo aventuras que en otro género se tacharían de épicas y con las que Peter Jackson podría haber hecho tres películas de tres horas.

Si veis Frozen, no veréis nada de todo esto, como os decía. Hay una chica, hace frío, y poco más. En este caso, Elsa es la joven princesa del reino de Arendelle, y tiene poderes mágicos que le permiten crear hielo y nieve. Normalmente utiliza sus poderes para jugar con su hermana, Anna, pero después de un accidente que está a punto de costarle la vida a Anna, los padres de Elsa deciden que lo mejor para todos es que Elsa se aparte del mundo para evitar que haga daño a nadie. Así, la relación entre las dos hermanas comienza a diluirse, hasta reducirse a casi nada, cuando ocurre lo inesperado, y sus padres perecen, convirtiéndose Elsa en la nueva reina de Arendelle. La tensión hace que los poderes de Elsa estallen, y temerosa de volver a causar daño a alguien , la joven se refugia en la soledad de las montañas, pero en su camino, el frío que genera desestabiliza el clima de Arendelle, y el que fuera un próspero puerto comercial, se encuentra con sus puertos congelados y kilos de nieve encima de todo.

Anna, auténtica protagonista de la película, acude en busca de su hermana, acompañada por un muñeco de nieve que espera el verano (así como suena), y un vendedor de hielo llamado Kristoff que normalmente no ha tenido más compañía que la de su reno Sven. Juntos, tratan de encontrar a Elsa, que ha decidido permanecer ajena a todo, lejos de todo, aislada... y libre.

Con este argumento, Disney trae una película fantástica que nos habla del conflicto entre libertad y responsabilidad, con una historia encantadora, una banda sonora espectacular (como siempre) y nada, absolutamente nada que echarle en cara.

Sí, no tiene nada que ver con La Reina de las Nieves... ¡pero estoy deseando ver a Elsa en Erase una Vez!

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