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jueves, 25 de junio de 2015

MARVEL, LA ERA DE BENDIS II: AJUSTES DEMOGRÁFICOS

La primera prueba del peso que estaba cogiendo el guionista en Marvel, llegó no mucho después de su incorporación a los Nuevos Vengadores, y de hecho, continuaría con la trama que había comenzado antes de esta, en Desunidos. Pero curiosamente, aunque Bendis fue el principal artífice de la trama, esta afectó sobre todo a una franquicia que no estaba en sus manos: los mutantes. 

Unos años antes, el entorno mutante había sufrido varias renovaciones, tratando de aprovechar el tirón cinematográfico, y una de las bazas que jugó Marvel fue la de convertir al escocés Grant Morrison en el guionista de X-Men, que se convertiría en New X-Men, y desde la que el que sea probablemente el escritor más controvertido del cómic actual, cambiaría todo el panorama mutante. Si en la historia de la Patrulla-X los mutantes habían sido temidos y odiados, en los New X-Men de Morrison, esto cambiaba. Los mutantes surgían por doquier, tenían sus propios barrios, se habían convertido en objetos de culto social, los jóvenes querían ser mutantes... Esta explosión de la población mutante dio para varias series, los Nuevos Mutantes resurgieron para convertirse poco después en Academia-X, Bishop se convirtió en el policía del Distrito Mutante en Distrito-X... En la Marvel de Bendis, eso eran demasiados mutantes. Hacía ya muchos meses que Morrison había salido de la ecuación, pero los mutantes seguían en auge, y de hecho, Peter David estaba preparando una nueva colección, una nueva versión de Factor-X, en la que sus personajes se convertían en los detectives privados del Distrito Mutante...





Pero entonces, Bendis puso sobre la mesa la Dinastía de M, y todo cambió 

No hacía mucho que las colecciones principales de la Patrulla-X habían vivido su propia "revolución", especialmente en el apartado técnico. Patrulla-X estaba en manos del clásico Chris Claremont y el dibujante Alan Davis, mientras que X-Men se había convertido en el campo de experimentos del peculiar Peter Milligan, acompañado por los lápices de Salvador Larroca. Los jóvenes mutantes de Nuevos Mutantes, habían madurado a toda prisa para convertirse en New X-Men: Academia-X, aunque continuaba bajo la batuta de Nunzio DePhilippis y Christina Weir.  Y bueno, aún resonaba el éxito de Astonishing X-Men, de Joss Wheddon y John Cassaday, con el que sería el grupo oficial de mutantes durante varias sagas, entre ellas, la Dinastía de M. 

Esta saga se gestaría entre Vengadores Desunidos y la serie New Excalibur, de Chris Claremont. En Desunidos, vimos la caída en la locura de La Bruja Escarlata y el regreso de Magneto. En New Excalibur, Claremont nos narraría como la locura de Wanda continuaba haciéndose cada vez más profunda en Genosha, pese a los intentos de su padre, de Xavier y del propio Doctor Extraño de evitarlo.



La Dinastía de M llegaría en forma de miniserie de ocho números, con guiones de Bendis y dibujos de un (espectacular) Olivier Coipel. Con la locura de Wanda cada vez más exaltada, la Patrulla-X y los Nuevo Vengadores se reúnen para buscar una solución. Aunque algunos quieren matarla y otros no, todos deciden que es necesario verla, así que acuden a Genosha... y de pronto, todo el mundo cambia.

Siguiendo el patrón marcado años atrás por La Era de Apocalipsis, Bendis y Coipel nos presentaban un nuevo mundo en el que todo había cambiado. Los mutantes dominaban en todas las materias a la humanidad, y Magneto era el más poderoso de sus gobernantes, con sede en Genosha. Las vidas de todos habían cambiado, y nadie recordaba el mundo anterior; nadie salvo Lobezno. Con todos sus recuerdos en orden, Logan se convierte en el guía en el mundo de la Dinastía de M, buscando a algunos de sus antiguos compañeros, y reuniendo un equipo a los que consiguen devolver la memoria gracias a las habilidades de un nuevo personaje, Layla Miller, a la que luego sería Peter David en su Factor-X quien conseguiría sacar todo el jugo. Con Cíclope como líder (el Capitán América era un anciano que nunca quedó congelado en el hielo), los héroes se reúnen para tratar de devolver el mundo a la normalidad y encontrar al desaparecido Xavier, pensando que Magneto ha utilizado los poderes de la Bruja Escarlata para cambiar el mundo a su favor. Sin embargo, durante la lucha, descubren que no es Magneto el culpable... sino Mercurio. Pietro, al conocer la reunión entre Patrulla y Vengadores, corre a avisar a su hermana, y finalmente, es él el artífice de ese nuevo mundo, en el que todos los héroes (o casi todos) han conseguido ver sus deseos hechos realidad.



Durante el conflicto, al descubrir lo que Pietro ha hecho, Magneto le mata, y Wanda desata de nuevo sus poderes, resucitando a su hermano, y pronunciando las tres palabras que definirían las tramas de los mutantes durante el siguiente lustro: "No más mutantes".

Dinastía de M concluye cerrando a los mutantres las puertas de la ascensión genética. Miles, quizá millones de mutantes en todo el mundo, pierden sus poderes en el fenómeno conocido como "La Diezma", que daría nombre a un nuevo horizonte en los títulos mutantes, Diezmados. El hechizo de Wanda afectaría a la propia genética de las mutaciones, no nacen nuevos mutantes, estos no alcanzan su potencial genético... Wanda ha puesto punto final al crecimiento demográfico de los mutantes, y las colecciones de la franquicia X de Marvel reflejarían este hecho...

Como iremos viendo. 

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