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domingo, 15 de noviembre de 2015

RAVENLOFT: FIESTA DE GOBLYNS (I)

Después de acabar con la vida de Félix Hoyer en las afueras de Ungrad, cumpliendo así la maldición de la Vistani Awilda, las Brumas llegaron para arrastrar a los personajes de nuevo por los lugares del Semiplano del Terror. Esta vez, cuando las brumas se apartaron, se encontraron en una planicie cercana a un pinar y a un río, Después de estudiar su entorno, Clavis y Ailyn descubrieron señales que indicaban que había una ciudad al norte de su posición, así que se dirigieron hacia allí. No mucho después, descubrieron que estaban en lo cierto. Allí, encajada entre un elevado desnivel y un río, se encontraba una ciudad, cuyo rasgo más llamativo era un teatro ubicado en el nordeste de la ciudad. Tras pagar el portazgo y cruzar las puertas, descubrieron que se encontraban en Armonía, en el dominio de Kartakass, nombre que Dulcimae ya había pronunciado cuando trató de guiarles fuera de Har´Akir hacia su siguiente paso en el cumplimiento de la profecía de Hyskosa. Tras conseguir una posada, pudieron averiguar algunas cosas sobre la ciudad, que estaba gobernada por un Meistersinger elegido por los Armonianos, y que era la segunda ciudad más importante del dominio, por detrás de la capital situada al norte, Skald. Los personajes trataron de averiguar si el dominio tenía un señor, pero los kartakanos parecían desconocer ese concepto. Ellos ponían todo su interés en la música, empuñando como enseñas de su ciudad la presencia del Auditorio, de la Sala Armónica y del Club Cristal. Al día siguiente, tras descansar, dedicaron la mayor parte de su día a vender los trofeos que habían conseguido en su viaje, aprovechando que Armonía era una ciudad lo suficientemente grande como para comprar y vender algunos objetos mágicos. Con Lady Sombra y Ronna bien armadas, el grupo se separó para asistir a las celebraciones del festival de música que se celebraba esa noche. Ailyn, Bastian y Clavis decidieron asistir al evento en el exclusivo Club Cristal, mientras que Ronna, Sombra y Balduin asistieron al hermoso evento desde las afueras del anfiteatro. 



Los seis se reunieron después en las afueras de la Sala Armónica para dirigirse hacia su posada, pero se encontraron con la desesperada petición de ayuda de un hombre llamado Karhus, el carcelero de la ciudad, que afirmaba que uno de sus presos había escapado y necesitaba ayuda. Sin dudarlo, empujados por el entusiasmo etílico de Clavis, Ailyn y Bastian, y pese a la desconfianza de Sombra, entraron en la cárcel, mientras Karhus descendía a la sala desde la que se manejaban los rastrillos. Los seis aventureros exploraron la cárcel, y finalmente, Balduin dio con el fugado, aunque Karhus parecía haber olvidado comentarles que se trataba de un hombre lobo. El licántropo se enzarzó en combate con Ronna y Balduin, y finalmente, la guerrera lo partió por la mitad con su nuevo mandoble. Sin embargo, cuando esperaban salir, se demostró que la desconfianza de Sombra era correcta, pues Karhus les dejó encerrados. Tras una larga búsqueda, Ronna consiguió encontrar una puerta secreta que les llevó a las cocinas de la cárcel, desde donde exploraron el resto, buscando a Karhus. Bastian, Clavis y Ronna se dirigieron a la salida, y la magia de Bastian consiguió abrir la puerta. Se disponían a salir cuando escucharon en el exterior unas voces, la de un hombre y una mujer, la voz más hermosa que habían escuchado nunca. La conversación se interrumpió de golpe, y vieron a una mujer encapuchada deslizarse por la calle. En ese momento, escucharon una voz aterradora, de hecho, Bastian y Ronna cerraron bruscamente la puerta, completamente aterrorizados. Vieron aparecer una sombra, flanqueada por dos grandes lobos terribles, que amenazaba a la mujer, a la que llamaba Akriel. Clavis consiguió apartar a Bastian y Ronna de la puerta, y salió al exterior cuando la figura se desvanecía en las brumas. Clavis corrió a ayudar a Akriel, y sus compañeros lo siguieron, encontrándose con un ataque por cuatro lobos terribles, que consiguieron matar aunque recibieron algunas heridas. Finalmente, ya en su posada, Akriel les contó que ese hombre era un leñados con el que se veía forzada a casarse, aunque ella amaba a otra persona, un buen doctor llamado Dominiani que vivía al norte de Kartakass, en Gundarak. Akriel temía que su futuro esposo tuviera pactos con los Poderes Oscuros, y requirió la ayuda de los personajes para salvarla de su aciago destino. Un viejo objeto mágico, perteneciente a su familia, la Corona de Almadenas, podría salvarla. Además, les ofreció una suculenta recompensa por su ayuda, de modo que aceptaron reunirse una semana después con ella en Skald, en la Vieja Posada Kartakana, donde Akriel podría confirmarles el paradero de la Corona de Almadenas.

A la mañana siguiente Akriel salió de Armonía en dirección a Skald, y los personajes pudieron localizar finalmente a Karhus, que admitió haberles encerrado por miedo a que alguno de ellos pudiera haber contraído la Licantropía después de su enfrentamiento con el Hombre Lobo. Sombra lo dejó inconsciente, lo que probablemente le evitó daños posteriores en manos del furioso Balduin, que se sentía traicionado; y después, buscaron la cabaña del leñador, tratando de aprender algo más sobre él, aunque con escaso éxito. Finalmente, partieron hacia el norte, hacia Skald, donde se reunirían con Akriel para recuperar la vieja Corona de Almadenas... 

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