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domingo, 12 de junio de 2016

RAVENLOFT: LA NAVE DEL HORROR (VII)/DESDE LAS SOMBRAS (I)

Después de acabar con los muertos vivientes invocados por Meredoth, Berenice increpó a Ezekiel, pidiéndole explicaciones sobre lo que habían visto, y el recién llegado le explicó que parte de sus habilidades venía de la presencia de espíritus a su alrededor. Aunque la respuesta no dejó demasiado satisfecha a la elfa, resultó creíble para todos, así que permitieron que Ezekiel les curara las heridas sufridas en su enfrentamiento con Meredoth y sus secuaces. Berenice y Balduin escucharon unos quejidos provenientes de un pasillo, pero antes de explorarlos, decidieron volver al balcón donde se habían enfrentado con Meredoth y donde Balduin creía haber visto dos puertas ocultas. Utilizando sus artefactos mágicos para trepar, Berenice y Balduin subieron de nuevo, abrieron las puertas y se internaron en los pasillos interiores de la fortaleza de hielo, mientras sus compañeros esperaban abajo. Finalmente, descubrieron un laboratorio, donde fueron atacados por una virulenta niebla venenosa. Berenice retrocedió, pero Balduin decidió continuar hacia delante, y mientras la elfa llamaba la atención de sus amigos y trataba de ayudarles a escalar hasta el balcón, el Paladín enano se encontró haciendo frente a Meredoth en solitario. Escuchando el ruido de la batalla, Berenice dejó a Ronna y Ailyn trepando, antes de volver para ayudar a Balduin a hacer frente al nigromante.

Mientras, Kenzi y Ezekiel decidieron investigar el origen de los quejidos que escuchaban, y descendieron por un empinado pasillo de hielo hasta una sala, en la que encontraron aprisionada a su eventual aliada, la druida gnomo Raven, rodeada de una plaga de esqueletos de animales no muertos. Una vez liberada Raven, Kenzi y Ezekiel la ayudaron a abandonar la habitación, mientras Ailyn llegaba a tiempo de ver como liberaban a la druida, después de desistir en alcanzar el balcón. Con Raven junto a ellos, volvieron a la sala de la batalla, y Raven tomó la forma de un cuervo, volando  toda velocidad hacia los pasillos donde Balduin y Berenice se enfrentaban a Meredoth. El Paladin Enano y la Ladrona Elfa habían aguantado contra el nigromante, y le habían dejado herido, y finalmente, convocando un relámpago, Raven acabó con él, terminando con el dominio de Meredoth sobre Todstein, y vengando finalmente a todas sus víctimas en Graben.

Después de registrar las habitaciones del nigromante y encontrar varios objetos mágicos,volvieron finalmente a la playa, donde el barco de la minotauro Arrin les esperaba para llevarles de vuelta a Graben. El Juez Galavan les recibió, y se quedaron en la isla un par de días, recuperándose y esperando la llegada de las nieblas que les enviaran a otra ubicación... pero finalmente, estas no llegaron. Galavan les sugirió que dejaran Graben y viajaran a Lamordia, el dominio al que pertenecía la isla, pues quizá allí pudieran encontrar nuevas pistas sobre como regresar a su hogar. Ezekiel y Raven decidieron acompañarles, y así, partieron hacia Lamordia, pero una tormenta desvió su barco hacia otro dominio: Darkon. Por lo que pudieron averiguar, Darkon era el dominio del Príncipe Azalin, el reino más grande de Ravenloft, y sorprendentemente, tenía fama de ser un reino excepcionalmente tranquilo y ordenado. Aunque a su llegada a Puerto Martira Ezekiel estuvo a punto de sufrir un accidente, finalmente emprendieron el camino hacia la capital, Il Akur. Sin embargo, pese a que como les habían dicho los caminos parecían seguros, Balduin se encontraba cada vez más inquieto, pues tenía la sensación de conocer aquel lugar, era en el que se habían desarrollado sus visiones sobre un jinete sin cabeza, visiones que al parecer, Ezekiel también había tenido.



Y como esperaban, fueron atacados por el brutal Jinete sin Cabeza. Mientras Raven desde el aire y Berenice desde el suelo trataban de discernir a qué se enfrentaban, Ronna trató de plantar cara al Jinete, y para sorpresa y horror de todos, fue limpiamente decapitada por la guadaña del jinete. Ailyn y Balduin consiguieron hacer frente al Jinete, aguantando diversos ataques, mientras Kenzi y Ezekiel trataban de atacarle desde la distancia, después de descubrir que su magia era inútil contra él. Raven se unió a la batalla, pero Berenice descubrió que algo extraño estaba pasando a su alrededor... y de pronto, un coro de quince cabeza hizo su aparición, y con su canto, les lanzó de vuelta al pasado, donde fueron de nuevo atacados por el Jinete... y un trío de Contempladores. Balduin tuvo un encontronazo con Ezekiel, que en sus visiones había entendido que para continuar debían morir, y pretendía dejarse matar por el Jinete, y a pesar de la defensa de Balduin, tanto Ezekiel como Raven permitieron que el Jinete acabara con sus vidas. Berenice, Kenzi y Ailyn lucharon hasta que, paralizados por los rayos de los Contempladores, cayeron decapitados, y Balduin fue derrotado por lo rayos de muerte de las criaturas. Como Ezekiel había dicho, todos murieron en el camino de Il Akur...

Para despertarse en un extraño lugar, una especie de laboratorio bajo los cuidados de un cadáver viviente, y para descubrir con horror que sus cabezas habían sido separadas de sus cuerpos, animados por la voluntad del cadáver, que se presentó a ellos como Azalin. Mientras sus propios cuerpos les introducían en unas vasijas, Azalin les contó que había sido el segundo señor en llegar a Ravenloft, después de Strahd von Zarovich, el señor del dominio de Barovia. Strahd había mantenido a Azalin prisionero por largo tiempo, y aunque ahora Azalin era el señor de su propio dominio, continuaba ansiando venganza contra Strahd. Su plan incluía enviar las mentes de los aventureros al pasado, al momento de la boda del hermano de Strahd, Sergei von Zarovich con la amada de Strahd, Tatyanna. Aquel había sido el momento en que Strahd había pactado con las Tinieblas, el momento en que Barovia había sido llevada a Ravenloft... y el momento del que Azalin quería tomar el Amuleto de la Familia Raven, un poderoso símbolo sagrado que podía contener la llave de la destrucción de Strahd.  A pesar de sus quejas, Azalin estaba decidido a hacerlo, a enviarles al pasado para que tomaran el lugar de algunos de los presentes en aquella siniestra boda... Y el coste, seria el de su propia vida, pues cada viaje les dejaría más débiles...


RAVENLOFT: LA NAVE DEL HORROR (VI)

Después de conseguir acabar con los Graben, los aventureros regresaron, en muchos casos malheridos, a la posada del Cordero Negro, donde se encontraron con la posada vacía, y el salón ocupado sólo por el Juez Galavan. Este, después de felicitarles por el fin de los Graben, y tras averiguar que habían decidido viajar hasta Todstein para averiguar quien era el tal Meredoth que ordenaba a Ezekiel Graben servirle cadáveres, les presento al que consideraba su hijo adoptivo, un hombre llamado Ezekiel Bright, que al igual que ellos procedía de un reino exterior (Ezekiel afirmó venir de un lugar llamado Palanthas, en el mundo de Krynn, donde servía a los dioses del Bien). Ezekiel tenía habilidades curativas que podrían servir a los aventureros en su viaje a Todstein, y  además, a petición de ellos, les recomendó un barco para viajar hasta la isla, el Ira del Kraken. Tras descansar en el Cordero Negro esa noche, el grupo se dirigió al puerto de Graven, donde encontraron el Ira del Kraken y conocieron a su peculiar capitana, una minotauro llamada Arrin. 



Arrin aceptó llevar a los aventureros a Todstein tras leer una carta que el Juez Galavan la enviaba a través de los personajes. La capitana envió a estos bajo cubierta, y poco después del amanecer, el Ira del Kraken levó anclas y zarpó en dirección oeste, desafiando a la tormenta permanente que envolvía Todstein para dejar allí a los aventureros. Desde la playa helada de la isla, consiguieron encontrar un sendero que ascendía por las colinas para adentrarse en los gélidos pinares, donde finalmente encontraron en un claro dos grandes mausoleos hechos de bloques de nieve compactada. Mientras exploraban la zona, Ronna encontró una pequeña bolsa roja que Kenzi recogió, mostrándoles a todos su contenido, seis muñecos que se parecían a los seis aventureros. Cuando cogieron las tallas, tuvieron extrañas visiones: Ailyn era entregada a un sacrificio ante un mamut por sus propios compañeros de clan, Ronna era apuñalada por su fallecido hermano, Berenice capturada por los Zhentarim y lista para ser ejecutada, Kenzi era torturado bajo el Monasterio Negro en las Tierras Sombrías, Balduin iba a ser asfixiado por su padre en su propia cuna, y Ezekiel se encontró en una torre en Palanthas durante el ataque de la Señora del Dragón Kitiara a la ciudad... y fue Ezekiel quien se dio cuenta de que esa visión que estaba teniendo no había ocurrido. La visión de Ezekiel se rompió, y vio aparecer a un jinete decapitado que portaba una guadaña, y finalmente, despertó justo a tiempo de ver como cuatro gólems de hielo se acercaban a ellos peligrosamente. Ezekiel despertó a Berenice, y juntos, pudieron despertar a sus compañeros a tiempo de hacer frente a los Golem. Estos consiguieron causar algunas heridas a los aventureros, pero estos demostraron ser superiores, acabando con los Golem y pudiendo dedicarse a averiguar la forma de entrar a los mausoleos, consiguiendo Balduin encontrar los dispositivos de apertura. Ailyn intentó abrirlo, recibiendo un pinchazo de una aguja envenenada cuyos efectos disipó Balduin, y finalmente, fue Berenice quien consiguió desactivar la cerradura, entrando así en el interior del mausoleo. 

Dentro, había varias tumbas vacías, y Balduin encontró una puerta secreta que descendía al interior de la ladera helada. Pero mientras bajaban, las escaleras se convirtieron en nieve, y aunque los demás saltaron a tiempo de las escaleras, Ailyn y Ezekiel se hundieron en la nieve. Mientras Balduin y Berenice se preparaban para hacer frente a cualquier otro peligro, Ronna y Kenzi trataron de ayudar a sus compañeros a salir de la nieve, que no tardó en empezar a convertirse de nuevo en piedra. Ezekiel, en última instancia, consiguió agarrarse a Ronna con fuerza suficiente como para salir de la nieve, pero Ailyn quedó atrapada en la piedra, y Balduin tuvo que dedicar varias horas a sacarla de allí antes de poder continuar explorando. Tras las angustiosas horas en las que la bárbara permaneció atrapada, consiguieron aniquilar a un ejército de esqueletos que trataba de bloquearles el camino, adentrándose en una gran sala de hielo, en la que el ruido provocado por las botas de Ezekiel y Ronna hizo que varias columnas de hielo cayeran sobre ellos. Ailyn consiguió encontrar una salida en un lateral, pero se abría a un vertiginoso tobogán. Se lanzaron mientras Berenice reptaba por el techo y Ronna y Ezekiel conseguían llegar hasta ellos, recibiendo una nueva oleada de trozos de hielo. Salieron a una gran sala de cincuenta metros de altura que debía ocupar el corazón de la isla, y en la que se veían restos de batallas, además de un gran balcón situado a treinta metros de altura. Fueron recibidos de forma expeditiva por una bola de fuego, y al recibir el ataque, Berenice pudo ver que una especie de manto fantasmal de almas espectrales protegía al Oráculo, que parecía tan sorprendido como ella. Mientras Berenice y Balduin trepaban hacia el balcón, del que había venido el ataque, el resto buscó refugio abajo, aunque fueron sorprendidos por el ataque de una serie de morghs, que aparecieron rompiendo el hielo del suelo y que les pusieron en grandes aprietos, mientras sobre el balcón, sus compañeros trataban de hacer frente al propio Meledoth. Ezekiel, Ailyn y Ronna se encontraron en grandes dificultades y Balduin tuvo que lanzarse casi literalmente en su ayuda. Enfrentado a Berenice, Meledoth se limitó a desaparecer en el interior de su refugio...Finalmente, derrotaron a los morghs, y comenzaron a plantearse continuar tras el Nigromante... aunque Berenice no dudó en apartarse junto a Ezekiel para interrogarle sobre lo ocurrido...

lunes, 6 de junio de 2016

RAVENLOFT: LA NAVE DEL HORROR (V)

Ajena a todo lo ocurrido en la mansión de los Graben y en la posada, Ailyn despertó en la posada, sintiéndose aún enferma por el viaje. Para ella fue una sorpresa enterarse por la gente de El Cordero Negro de lo que había ocurrido, y sin dudar un instante, salió hacia el cuartel de la guardia, esperando poder ver a sus compañeros. Allí, Ailyn se encontró con que el cuartel estaba cerrado y los guardias la impedían el paso, pero no tardó mucho en ser encontrada por Berenice, que la puso al tanto de todo lo ocurrido durante su enfermedad, incluyendo la muerte de Bastian. Mientras barruntaban un plan con el que ayudar a sus compañeros, dentro, mientras Kenzi se mostraba tenso y enfadado; y Ronna silenciosa y taciturna; Balduin consiguió hablar con uno de los guardias, averiguando que al amanecer acudiría el juez para hablar con ellos. Finalmente, el sueño venció a Balduin y Ronna, mientras Kenzi continuaba vigilante. Balduin tuvo un extraño sueño, en el que se veía cerca de un bosque susurrante. Al adentrarse, escuchó una voz que decía "Para avanzar, primero debéis morir"; y acto seguido, la sombra de un jinete decapitado y armado con una guadaña se alzó sobre él. 



Balduin despertó poco antes del amanecer, y tanto los tres cautivos como Ailyn y Berenice, cada uno desde un punto de vista diferente, pudieron ver la llegada del juez al cuartel. Al entrar en la cárcel, los guardias sacaron de las celdas a los aventureros, que se dispusieron a escuchar al juez, que se presentó como Galavan. Aunque Kenzi no se mostró demasiado colaborador al principio, tuvo que callar cuando Galavan utilizó un hechizo para silenciarle mientras permitía que Balduin fuera quien se explicara. Tras una corta charla con el juez, los aventureros descubrieron que Galavan tenía ciertos conocimientos sobre la verdad tras los Graben, y consiguió que todos entendieran qué era lo que había fallado la noche anterior... y que había acabado con un guardia inocente muerto. Finalmente, Galavan les dio permiso para permanecer en Graven por dos días más, esperando que así pudieran acabar con la progenie de Ezekiel Graben, y condenando a Kenzi a pagar una cantidad de dinero que bastara para asegurar el futuro de la mujer y los hijos del guardia. Después de que Balduin duplicara el importe, pudieron finalmente abandonar la prisión, reuniéndose con Ailyn y Berenice, que les esperaban, antes de dirigirse a la posada, donde descansaron durante algunas horas antes de, con el sol en el cielo, dirigirse hacia la Mansión Graben. 

Una vez allí, y aunque Ailyn hizo más ruido del que podrían considerar deseable, consiguieron encontrar un acceso directo al semisótano de la mansión, donde encontraron los barriles en los que los Graben escondían los cadáveres que robaban del cementerio. Desde allí, exploraron parte de la mansión, haciendo frente a algunos Graben a los que el ruido había despertado, y consiguiendo finalmente encontrar un cuaderno en el que se detallaban las órdenes de Ezekiel Graben a los diferentes capitanes de los barcos que llevaban los cadáveres a Todstein. Descendieron a los sótanos de la mansión, donde, con los Graben ya despiertos, se apresuraron a tratar de encontrar a Ezekiel antes de ser de nuevo rodeados por aquellas criaturas. Así, casi a la carrera y con Berenice bloqueando el pasillo desde el que venían con una de sus telarañas, dieron con una gran habitación subterránea, donde al parecer, colgaba el cuerpo de Bastian. Mientras exploraban la habitación, sufrieron varios ataques mágicos, descubriendo Balduin y Ronna que se trataba de una ilusión, y dando Ailyn con un pasillo oculto tras una cortina por el que varios Graben parecían llegar a toda carrera. Finalmente, Ronna dio con Ezekiel Graben, escondido en un tramo de escalera que ascendía a la torre de la mansión. Ezekien Graben no era humano, sino un espantoso demonio cubierto de espinas que herían a todos aquellos que se acercaban a él, así que fueron las flechas de Lady Berenice y las balas de Kenzi las que consiguieron finalmente acabar con el señor de los Graben, aunque no antes de que varios de sus descendientes entraran en la habitación, poniéndoles en grandes aprietos. Ronna estuvo a punto de morir, y fue salvada in extremis de una muerte cierta, mientras que Ailyn, en su huída, también terminó mordiendo el polvo y terminó siendo asistida por Berenice y Kenzi mientras Balduin defendía su retaguardia. Pero sin el poder de Ezekiel Graben, sus descendientes no tardaron en ver como la magia que les mantenía vivos se extinguía, y desde la torre, Berenice pudo ver como todos los familiares que salían de las casas que rodeaban la Mansión, se convertían en polvo. 

Satisfechos por haber conseguido su objetivo, aunque malheridos, encontraron el tesoro de Ezekiel Graben, así como un cartapacio donde el patriarca de la familia guardaba las cartas recibidas desde Todstein, Al parecer, Ezekiel servía a un tal Meredoth, que residía en la isla de Todstein y que era quien ordenaba a los Graben que le abastecieran de cadáveres...